La literatura es, sobre todo, arte de la
palabra, cuyas creaciones pueden manifestarse de forma oral, escrita,
representadas dramáticamente, cantadas o danzadas, y en diferentes soportes
materiales -voz humana, libro, disco, cinta magnética, película-, recibe en el
marco infantil distintas definiciones.
Para Bortolussi es «la obra estética destinada
a un público infantil» (1985, 16). López Tamés (1985, 15) dice que literatura
infantil es:
«no la que imita grotescamente el mundo de los
niños y adolescentes desde una perspectiva adulta sino la que se adecúa a una
etapa del desarrollo humano sin renunciar a la universalidad de los temas».
La virtud de esta última definición integradora es que engloba los géneros clásicos de la narrativa, la poesía y el teatro junto con actividades poco frecuentadas, pero de gran importancia en los primeros contactos del niño con la literatura como el juego dramático, aquellas producciones en las que la palabra comparte presencia con la imagen como el tebeo o aquellas otras en las que convive con la música, la imagen y el movimiento como el cine, la televisión, el vídeo y el disco. Incluye también algo mucho más polémico para otros especialistas: las creaciones de los propios niños en la narrativa, la poesía o el teatro.
La virtud de esta última definición integradora es que engloba los géneros clásicos de la narrativa, la poesía y el teatro junto con actividades poco frecuentadas, pero de gran importancia en los primeros contactos del niño con la literatura como el juego dramático, aquellas producciones en las que la palabra comparte presencia con la imagen como el tebeo o aquellas otras en las que convive con la música, la imagen y el movimiento como el cine, la televisión, el vídeo y el disco. Incluye también algo mucho más polémico para otros especialistas: las creaciones de los propios niños en la narrativa, la poesía o el teatro.
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